domingo, 20 de agosto de 2017

On 18:36 by Marilut   No comments

Te invito a discurrir sobre las páginas de mis obras literarias. Te darás cuenta que nuestro Señor,  no es ciego, ni  sordo, y mucho menos mudo a nuestras plegarias.
 ¡Animo, reanímate, que en los momentos más difíciles de tu vida Dios escucha tus ruegos!
En fecha 29 de agosto de 1987 comencé a escribir mi diario personal, justo el mismo año en que me casé, con un hombre cuya profesión es la de ser militar, para ese entonces no sabía yo que en realidad comenzaba a escribir mi primera obra literaria, titulada “Confidencias de la esposa de un militar”,  que pasado treinta años de experiencias, recogidas a modo de aprendizaje, en una segunda edición se titula “Rompiendo Paradigma del militar Venezolano”;  esta obra viene a ser el producto primario, donde todas las demás obras confluyen en un objetivo común,  que es alcanzar la unidad en la fe y el conocimiento del hijo de Dios, y esta se logra una vez que descubrimos la misión que vinimos predestinados a cumplir en este paso terrenal. Solo así aprenderemos a romper esas cadenas que nos mantienen presos en nuestros propios conflictos existenciales.
Jesús, el Divino Maestro nos habló en parábolas en el pasado, y nos sigue hablando en el presente, utilizando la misma metodología de enseñanza, porque es el medio más apto para dejarnos un aprendizaje que perdure a lo largo de la historia, esta vez con una connotación particular, y es que toma como herramientas nuestros actos cotidianos; nos explica de manera muy didáctica lo que él desea que pongamos en práctica en nuestra vida, hasta que alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del hijo de Dios, para que lleguemos a la perfección, como ya les dije. Voy a volver atrás, al pasado de mi historia personal para contarles estas enseñanzas, en parábolas; las experiencias logradas a través del tiempo, nos ayudaran a que juntos decodifiquemos las riquezas que contienen.  En ese largo transitar me encontré frente a un gran embotellamiento en mi vida, que con mucha dificultad me permitía avanzar, atajos, bajadas y subidas, muchos obstáculos, pero siempre llevé conmigo un ferviente deseo de encontrar el camino hacia la gran sabiduría de Dios, teniendo siempre un objetivo claro; le pedí al Señor, la consagración de mi familia para Él, sin siquiera saber lo que esto implicaba; seguí pidiéndole lo mismo a través del tiempo, mientras aprendía a base de mis propias experiencias. Les cuento que en mi transitar por esos caminos de la vida, me topé con todas las ansiedades más profundas de mi ser, a tal grado que con el alma llorosa y agotada, toqué a Dios sus puertas a través de la oración y le pedí que me ayudara, que me llenara de su amor y de su sabiduría, que me diera fortaleza, que me diera paciencia y tolerancia; así que él, silenciosamente oyó mis ruegos, y sin que yo lo sospechara siquiera, me tomó de la mano y me acompaño en mi discurrir por la vida, para que en ese trayecto, yo aprendiera a crecer en el espíritu. Mientras suavemente me llevaba de su mano, me enseñaba en parábolas, lo que él quiere que todos sus hijitos sepan y aprendan; así que, cuando fui débil, su amor me cubrió y me dio fuerzas, cuando nadie me fue fiel, él estaba a mi lado, hasta llegar a suplir todas mis necesidades, aún en medio de las tormentas borrascosas de mi vida, que con el transcurso del tiempo han sido las herramientas de enseñanza, que como misión me tocó y que hoy  Dios  coloca a disposición de ustedes, para que en base a estos testimonios de fe, encuentren soluciones sabias a los conflictos existenciales que se les presenten.

Él me enseño a descubrir, que cuando todos sus hijos entramos al mundo, ya traemos debajo del brazo una misión que cumplir; en nuestro caso como familia, debimos pasar por tenebrosos caminos de traición, engaños, y golpes fuertes;  todo ese transitar era para provocar en nosotros un nuevo despertar en nuestras vidas, es verdaderamente como nacer de nuevo, así entendimos que Dios es capaz de levantarnos las tantas veces que nos sintamos derrumbados, y que Él, todos los días nos unge con su bálsamo sanador, aliviando nuestras cargas, recibiéndolas en él, para concedernos el milagro  de sanación de nuestro niño interior.

¡Dichosos los ojos de ustedes que ven!; “Dichosos los oídos de ustedes, que oyen. Yo les digo: muchos profetas y muchas personas Santas desearon ver lo que ustedes están viendo, y no lo vieron; desearon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron”

Yo Marilut, quiero contarles mi experiencia, soy fiel testigo de ello, pues desde hace más de tres décadas, y solo por la Gracia de Dios, he venido recibiendo sus enseñanzas, que a la vez he recogido de manera  lógica y cronológica, tal como me lo ha enseñado, y han quedado registradas en mis obras literarias publicadas. Dios por su gran misericordia, nos está mostrando el camino correcto para que aprendamos a transitar por la gran autopista de la vida, cuestión ésta, que no es nada fácil, solo con fe, amor y esperanza, es que podremos llegar a puerto seguro, nos está mostrando que en ninguna circunstancia es provechoso tomar los atajos, porque es muy peligroso el camino y poco seguro, por lo que se nos haría muy difícil llegar a salvos a nuestro destino.

Jesús se está dirigiendo a cada uno de nosotros en estos términos:
<< Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso es el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. Pero ¡qué angosta es la puerta y que escabroso el camino que conduce a la salvación! Y qué pocos son los que lo encuentran>> (Mt 7, 13,14).

  Para que el alma pueda entrar por esta puerta de Cristo, que es el principio del camino, primero se ha de angostar y desnudar la voluntad en todas las cosas sensuales y temporales, amando a Dios sobre todas ellas, quiere el Señor significarnos que para ir por la puerta de la perfección, no sólo se ha de entrar por la puerta angosta,  vaciándonos de lo sensitivo, sino también aprendiendo a transitar por el camino estrecho o escabroso, desembarazándonos de lo que es propio de lo racional o espiritual  y como dice San Juan de la Cruz que solo Dios es el que se ha de buscar y granjear. También nos dice el Señor:
<< Si alguno quiere seguir mi camino, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá,  y el que sacrifique su vida (por mí y) por el evangelio la salvará (Mc 8,34). Debemos tomar la determinación de sujetarnos a la cruz, desnudo de todo y negados en todo, caso contrario ni cabrá ni podrá subir por la senda angosta hacia arriba. Es negarse de veras tanto en lo exterior, como en lo interior por eso Jesús nos dice:
<> (Jn 14,6).
Yo soy la puerta: el que entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento. >> (Jn10, 9)
¿Quién de nosotros, en su transitar por los caminos de la vida no se ha topado con las ansiedades más profundas de su ser?

 En mi caso, un día con mi alma llorosa y agotada toque las puertas a Dios a través de la oración, le pedí ayuda, le entregué el control de mi vida y la de los míos, le pedí me llenara de su amor, de su sabiduría, y fortaleza para continuar el camino, paciencia y tolerancia, y por sobre toda las cosas,  amor, fe, y esperanza, como ya les dije en las líneas que anteceden, así que Él, en silencio oyó mi ruego y sin yo sospecharlo siquiera me tomo de la mano, y desde entonces me ha acompañado en este discurrir por la vida. Con el transcurso del tiempo han sido estas experiencias, las herramientas de enseñanzas que hoy Dios coloca a disposición de ustedes, para que aprendan de ellas y la pongan en práctica, en ese transitar por la gran autopista la vida, ya que ese recorrido con prescindencia de sus enseñanzas, se convierte en un caos absoluto,  porque el ego se va alojando en nuestra mente, por medio de pensamientos negativos, inseguridades, que nos va llenándo de frustración, de miedos, de rabia, de impotencia, odio, si no estamos conectados a la fuente. Así pues que el plan de Dios contempla la educación de su pueblo mediante siglos de lucha, de errores y de sufrimientos; para poder alcanzar la verdadera madurez se hace necesario pasar por la muerte de nuestro orgullo y de nuestras pretensiones, en eso consiste el vaciamiento de sí misma y el desembarazarse de lo que hemos acumulado en el interior de nuestros ser. 

Mis queridos amigos, les invito a difundir y darle "Me gusta" a estos y otros mensajes contenidos en mis obras literarias a las que podrían tener acceso a través de Amazon. 

Marilut Sanchez Viloria.

Autora de los libros:
*Rompiendo Paradigma del Militar Venezolano; *Esparciendo la Semilla de la Fe; *Revelaciones Maestreo Habla que tu Sierva Escucha.
Disponible en las siguientes tiendas:




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