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Por medio de visiones alegóricas recogidas en mis obras literarias, nuestro amado Maestro Jesús anhela que abras tu corazón para que Él, no solo pueda entrar y morar dentro de tu ser habitualmente,  también desea repartir dones que emanan de su infinita gracia y eso lo hace porque su corazón es tierno y bondadoso; estos tesoros no vienen de nosotros,  sino que es un don de Dios; nos dice además que tampoco lo merecemos por nuestras obras, de manera que nadie tiene porqué sentirse orgulloso de sí

 Con la gracia Dios y los dones en tu haber podrás desarrollarte como un ser único, y a la vez ser eficientes soldados de Cristo; esto permitirá  que tu transitar por la gran autopista de la vida sea todo un éxito. Recordemos que Dios nos ha creado a su imagen conforme a su semejanza (Gén 1,26) y a depositado un alma (que conforma nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestro intelecto y nuestras emociones) dentro de cada cuerpo creado, para que se desarrolle, se encuentre con su creador y obtenga redención (volver a nacer al aceptar a Jesús como su salvador), para lograr su posterior vida eterna y cuerpo de incorrupción, gloria y poder,  como en el que habita nuestro Señor Jesucristo.

Ser portadores de esa gracia, nos compromete a saber cuidarlos,  para obtener un excelente rendimiento.  

Cuando nos abrimos a Dios de todo corazón, Él reparte dones conforme a su voluntad». 

«A uno se le da, por el Espíritu, la palabra de sabiduría; a otro, la palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu, a otro, hablar en lenguas, a otro, interpretar lo que se dijo en lengua. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada uno como quiere». (1 Cor 12,1.4-11)

Los dones espirituales con que Dios por su gracia nos dotó, son liderazgo y enseñanza, conocimiento, sabiduría, profecía, ciencia, discernimiento, exhortación, sanidad, apostolado, servicio, misericordia, generosidad, pastoreo, fe y evangelización.

 Los talentos: Son aquellas cualidades y atributos otorgados por Dios a una persona y pueden ser de naturaleza física, manual, intelectual o vocal.

Los talentos son las destrezas, habilidades, capacidades e ingenios para realizar una tarea determinada. Todo ser humano fue dotado con diferentes talentos, que a veces nos cuesta descubrir porque tal vez nos han impuesto formas de vida que nos han limitado en nuestro desarrollo humano y profesional, lo que en algunos casos nos puede haber causado frustración y amargura;  los talentos los encontramos en los deportistas, cantantes, escritores, músicos, poetas, bailarines, científicos, investigadores entre otros; siendo que  estos son un regalo inmerecido, estamos en la obligación de cuidarlo y darle buen uso, y así como nos lo dice Pedro:  «Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. Si alguno habla que sea palabra de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos del siglo. Amén». (1 Pe 4,10-11) «Los talentos son aquellas cualidades y atributos otorgados a una persona y pueden ser de naturaleza física, manual, intelectual o vocal. Esta manifestación del espíritu que a cada uno se nos da es para provecho común.

De tal manera que los dones espirituales con que Dios por su gracia nos dotó, son liderazgo y enseñanza, conocimiento, sabiduría, profecía, ciencia, discernimiento, exhortación, sanidad, apostolado, servicio, misericordia, generosidad, pastoreo, fe y evangelización;  siendo esto un regalo inmerecido, estamos en la obligación de cuidarlo y darle buen uso, y así como nos lo dice Pedro:

«Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. Si alguno habla que sea palabra de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos del siglo. Amén». (1 Pe 4,10-11)

Hay diferentes dones espirituales, Pablo nos habla de nueve.

La manifestación del Espíritu Santo que a cada uno se le da es para provecho común.

Una revelación de sabiduría es aquella que trasciende la sabiduría natural, humana, que permite a la persona saber que hacer o que decir.

Una revelación de conocimiento, es una información que se da a una persona o grupo que no puede conocerse o llegarse a ella por un medio natural.

  El tipo de fe en acción es aquella que mueve montañas y espera confiadamente los resultados.

El don de la Sanación. Son las muchas maneras y variedad de grados en que Dios manifiesta la sanidad.

Hacer milagros es la demostración del poder de Dios en acción que va más allá de las leyes naturales.

Profecía, es una proclamación ungida de Dios a través de una persona, para animar, exhortar y confortar.

Discernimiento del espíritu es la habilidad de una persona, para percibir que tipo de espíritu está operando en cierta situación.

Diversas lenguas, la lengua dada a los cristianos por el Espíritu Santo, que no son lenguas aprendidas o entendidas por los hablantes. Interpretación de lengua, la habilidad sobrenatural de expresar el contenido de lo que se ha hablado en lengua.

En la biblia encontramos una segunda lista de dones a saber.

«Unos son apóstoles, otros son profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros.

Así prepara a los suyos para las obras del ministerio, en vista de la construcción del cuerpo de Cristo; hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es otra cosa que la de la plenitud de Cristo». (Ef 4,11- 13)

Estos dones no son títulos, ni medallas de grado,  sino funciones. Es decir una persona no llega a ser profeta porque alguien le da el nombre de profeta, más bien se hace profeta cuando desarrolla la habilidad que Dios le ha dado de obrar como profeta y responde al llamado especifico de Dios con un corazón dispuesto.

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En un pasaje bíblico nos encontramos con una palabra clave que es el “Carisma”, que también la vamos a encontrar en primera carta de Pedro cuando nos dice que debemos emplear los dones para beneficio de otra persona, es decir saber administrarlos dándoles un buen uso.

Debemos usar los dones motivacionales de manera apropiada, no al contrario dándoles un uso distinto, siendo negligentes en su uso o abusar de ellos.

Pues quiero contarles mis propias experiencias al respecto, con el trascurrir del tiempo he aprendido a discernir por la gracia del Maestro, cuales son los dones y talentos que Dios me ha dado en calidad de préstamo, para que yo les dé el uso correcto y los sepa administrar en provecho colectivo y no personal, y así es que mientras edifico a otros con mis testimonios de vida, así también a su vez me edifico yo.  Todos debemos saber que traemos una misión que ejecutar, y entender que cuando el Señor nos la ha encomendado, debemos ejecutarla conforme a su voluntad. Al encontrar ese tesoro entre las montañas, significa que esto es una obra única del Espíritu Santo, quien ve las necesidades de manera específica y permite entonces la manifestación de un don o de muchos dones, que nos permitirán fluir y suplir las necesidades de otros, mientas Él, personalmente se encarga de suplir las nuestras.

En lo personal, estoy consciente de esta gran responsabilidad que el Señor ha depositado en mí fragilidad humana y también soy consciente de que Dios me ha bendecido grandemente, pero también sé que Él no me ha dejado sola con esto, porque siempre me lo está recordando en cada visión, así que como el tesoro de monedas de oro que me entregó en la visión y que tengo tan cerca de mí, dentro de la funda de mi almohada para que las desarrolle y las comparta con mis semejantes.

Ahora bien, es cierto que Dios tiene un proyecto para cada uno de sus hijos, para que aprendamos a ejecutarlo en ese transitar por la autopista de la vida,  pero no es menos cierto que para  ejecutarlo se hace necesaria la mediación humana, para que Dios pueda actuar. Se requiere de nosotros algo más que es ser activos en las enseñanzas y prácticas cristianas, además de estar abiertos a ellas con un corazón humilde, no esperar que las cosas nos caigan del cielo porque ya lo dice el proverbio 21, que para el perezoso el camino está lleno de espinas, para el hombre recto el camino es una amplia calzada. Nuestra transformación interior va a depender en gran parte de nosotros mismos, este es un trabajo muy personal por lo que no podemos pretender que otros lo ejecuten por nosotros. En mi caso particular, tomando en cuenta que mi crecimiento ha sido procesual, tengo como misión  acompañar a quienes deseen hacer este recorrido hacia el interior de su espíritu, para que juntos aprendamos a tener una visión de nosotros mismos, más profunda y que traspase la realidad ordinaria y redescubramos la dimensión del espíritu, porque es precisamente allí, donde encontraremos esos tesoros que tanto hemos buscado y que estoy segura que los hará verdaderamente libres y felices, porque ¡Somos vida, somos amor, somos luz!. En este viaje aprenderemos a oír nuestra voz interior, ya que esta voz es necesaria oírla, porque el hombre es el único ser sobre la tierra que paga miles de veces por el mismo error, cada vez que recordamos un hecho desagradable que de una u otra manera nos marcó, nos juzgamos brutalmente en nuestro interior, nos sentimos y declaramos culpables y nos castigamos, y cada vez que esos recuerdos que nos estancan llegan a nuestra mente volvemos a juzgarnos culparnos y castigarnos por lo que invito a participar en un taller completamente gratuito, que abarca 30 días, que será publicado dos veces por semana, en mi página escritora Marilut Sánchez y en mi Blog.