miércoles, 2 de agosto de 2017

On 12:17 by Marilut   No comments


REVELACIONES



En visión, el Señor vino a mí, y me mostró un águila de gran tamaño, con una mirada perspicaz, un hermoso plumaje de colores muy vivos, su pico resistente de color dorado como el oro, su musculatura era fuerte, formada y fibrosa, daba la sensación de que había sido inyectada con esteroides de sabiduría, sus alas eran de gran envergadura, sus garras bien formadas y filosas, también doradas, daban la impresión de ser como de un metal tan fuerte como el oro, con ellas era capaz de atrapar al más feroz enemigo y volar  hasta el infinito, para luego lanzarlo desde las alturas.
Seguidamente de esa visión, yo le pregunté. - ¿Señor, Dios de la vida, que me quieres enseñar, para que yo  capte y retenga en mi corazón, y para luego trasmitir a mis hermanos…?
Su voz, como del viento y como dentro de mi consciencia a la vez, no se hizo esperar y me dijo:
-         Quiero mostrarte en visión, los caminos equivocados.
Yo, por mi parte esperé seguir oyendo su voz, pero acto seguido, me mostró otra visión…
 Vi de inmediato una encrucijada, en ella había  un gran letrero que decía:
¡Los caminos equivocados, transitados por el hombre! Seguidamente me vi justo en esa gran encrucijada, montada en un vehículo, yo no iba sola, me acompañaba mi hija menor; comenzamos a transitar por una vía sin mucho obstáculo, inmediatamente que empecé a conducir, mi hija me advirtió que ese camino era equivocado, pero a cambio de ello, hice caso omiso a su advertencia;  en el trayecto atravesamos una pradera, luego un camino encumbrado, hasta llegar a un bosque muy oscuro y tenebroso; el camino se estrechó de tal manera, que se me dificultaba el regreso, pues tarde había entendido que había equivocado el camino. Quedamente reconocí que mi hija tuvo la razón desde el principio, en ese momento, tomé la decisión de parar y bajarme del vehículo, caminé un poquito, mientras pensaba, y a la vez me preguntaba de qué  manera podría yo emprender el camino de regreso… Ya dentro del vehículo, sumergida en un mar de posibilidades que habrá anidado en mi mente, fui interrumpida por un grito ahogado y aterrado; era mi hija quien presa de un escalofriante temblor,  me decía sumamente asustada.- ¡Mamá, Mamá, mira eso!

 De inmediato fije mi mirada hacia donde ella me indicaba; al momento no vi nada extraño, por lo que acuciosamente volví a mirar hacia el sitio que ella me señalaba, pude ver entonces  el espectro que le causó tanto miedo, pero éste no era más que unas ramas secas, ya muertas; dos pañuelos blancos simulaban sus brazos y manos, pero aun sabiendo yo, que se trataba de una figura irreal, un terror paralizante se apoderó de todo mi ser, y empecé a imaginarla como si fuera real; con mi voz ahogada por el miedo que aquello me producía, empecé a reprenderla con la Sangre de Cristo.

Fue en ese momento entonces, que tomé el impulso necesario, para emprender el regreso y volver al punto donde había equivocado el camino; luego miré por el retrovisor del vehículo y me di cuenta que no veníamos solas, iban con nosotras tres acompañantes más, a los que de inmediato pregunté sus nombres.
El Primero se identificó como la esperanza y me dijo estas palabras bíblicas:
-En casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir a prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. (Jn 14. 1-3).
El Segundo me dijo:
 -Yo soy la Confianza y me advirtió:

-Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero,
Ánimo, Yo he vencido al mundo-. (Jn 16.27).

El Tercero se identificó como La Fe y seguidamente me dijo:
- Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!  (Jn 20.29).

Cuando llegamos al punto donde había equivocado el camino, yo me quedé pensando por un momento…, y es cuando nuevamente se hizo audible la voz de mi Amado Maestro, quien me explicó ésas ilustraciones que me acababa de mostrar por medio de visiones y parábolas.

 Me dijo entonces: -Observa qué pasó en ti con la sencillez de la segunda visión. Te mostré tu flaqueza, algo porfiada y autosuficiente, creyendo erradamente que no podías equivocar el camino. Deben estar ustedes atentos a este llamado que les estoy haciendo a que cambien ahora mismo sus vidas, sus conductas, renunciando a ese viejo esquema que ha arruinado su esencia, sus mentes, sus esperanzas; Deben empezar a actuar con justicia ahora mismo, romper con las esposas del egoísmo, el materialismo, y transfigurarse por el amor que este Cristo les tiene, deben volver al rescate de los principios morales, a la unión familiar, actúen adecuadamente siendo sinceros y francos, purifiquen su corazón, amen al prójimo, cuiden las palabras que salen de su boca, rompan con los malos esquemas que enfrían su caridad, renuncien a la esclavitud sexual, al mal comportamiento; dejen de ser esclavos ahora y empiecen a ser libres. Sean humildes, amables, comprensivos y tolerantes, mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu.
Luego me dijo:
-Cuando te ilustre la visión de la encrucijada, les estoy recordando, que Dios les da libertad para elegir y ustedes fijan su posición de vida o de muerte, de victoria o derrota. El pecado los arrastra hacia un fin, para el cual no fueron creados, y en ese camino no podrán poseer a Dios; es, ese lugar donde llegaste, donde serán torturados cruelmente,  muy distante de lo que es la libertad. Cuando reprendiste aquel espectro con la Sangre de Cristo, les estoy invitando a que venga y crean en mí. Continuó diciéndome:
-Ustedes son  como ramas secas con forma humana, sin vida y sin color, mientras no me permitan entrar a sus vidas y transformarlos para siempre; cuando ustedes me permitan ayudarlos a desarmar ese su templo tenebroso, entonces serán edificados sobre la Roca fuerte, y con mi preciosismo Sangre. Por un momento hubo un silencio… Luego con voz muy suave me dijo:
- Cuando te ilustré la primera visión,  es porque quiero que como esa hermosa Águila de pico dorado y  garras afiladas, traigas de vuelta a casa, a mis hijitos de buen corazón. Diles que les extiendo la invitación a que vengan y crean en mí, que tomen de mi fuente de agua viva, porque esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ustedes y les dará vida eterna, y ya nunca tendrán sed, que coman de mi pan, y a cambio tendrán vida eterna y en abundancia, a que dejen sus cargas en mis manos, para que puedan resistir el cruento ataque de satanás, que usa sus capacidades para fines maléficos y que en forma de dogmas y doctrinas encadenantes se apodera de sus mentes primeramente, hasta poseer sus almas, porque como potente droga viajará si se lo permiten por su  torrente sanguíneo, haciéndolos recaer en el pecado.

Capitulo Treinta y cuatro, pág. 247, Revelaciones Maestro habla que tu sierva escucha.

Marilut Sanchez Viloria
Autora de los libros:
*Rompiendo Paradigma del Militar Venezolano; *Esparciendo la Semilla de la Fe; *Revelaciones Maestreo Habla que tu Sierva Escucha.
Disponible en las siguientes tiendas:

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