miércoles, 25 de enero de 2017

On 17:38 by Marilut   No comments

La relación toxica es aquella en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo normal, experimentando frecuentemente sentimientos encontrados, donde por lo general, poco se experimenta dicha y placer cuando están juntos, y donde uno o las dos personas involucradas se ven sometidas a un gran desgaste emocional que limita su capacidad de obrar y pensar por tratar de sostener la relación, ya que se sienten atrapados en un círculo vicioso, que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan su capacidad de alcanzar la plenitud emocional que cada quien se merece, donde pareciera que las personas involucradas se necesitan solo para sentirse mal. Esta situación no solo se limita a una relación de pareja, sino que puede estar presente en relaciones familiares, es decir padre e hijos, entre amistades. Por lo general la persona problema es dominante, manipuladora, controladora, chantajista, y agresiva.

¿Qué razones nos llevan a involucrarnos en relaciones toxicas?

La razón fundamental está enquistada en nuestra propia conciencia, pues sin darnos cuenta con el transcurrir del tiempo y conforme a nuestras propias vivencias hemos ido cediendo el terreno de nuestra vida al ego en sus distintas acepciones.

El ego de la víctima, que está presente cuando asumimos el papel de tener que cargar con la culpa, el reproche, la vergüenza. En ese estado es muy seguro que tratemos de construir nuestro camino en base a relaciones toxicas, que nos hagan cargar con frecuencia con la culpa, el reproche, la vergüenza. Buscamos relaciones negativas que nos traerán sufrimiento, errores, temores y vicios. Esto trae como consecuencia la baja autoestima tratando de que te conduelas de ti mismo(a), por no ser inteligente, atractivo(a), o él no me lo merezco; esto nos llevan a sentir que no somos merecedores de atención, del respeto, o del amor de otra persona, en esas condiciones siempre vamos a buscar erradamente una tabla de salvación hecha a esa medida.

Ego del juez interior: Cuando no entendemos que podemos esquivarnos, de tal manera que cuando recordamos el hecho, nos sentimos culpables y nos juzgamos a nosotros mismos en nuestro interior, cada vez que recordamos la equivocación.

Ego del sabelotodo: Cuando luchamos ferozmente por el derecho de tener siempre la razón.

El creerse el buen samaritano salvador de la otra persona, sabiendo que la otra persona es imperfecta, creemos que hemos llegado a su vida para salvarlo, para que se transforme en otra clase de individuo. El miedo a la soledad, que es el paso preliminar hacia una posible relación toxica. La comodidad, dándole las riendas de tu vida a otra persona, y dejándola solo a cargo de la relación y del control de las cosas, y esta se agravan cuando el individuo a quien le cedimos terreno, es una persona controladora, arrogante y orgullosa. Cuando buscas una relación para complementarte, o llenarte, cometiendo el error de idealizar a la otra persona, buscando en ella un estado de plenitud y felicidad, pretendiendo creer que ella suplirá tus carencias personales.

¿QUE HACER?

Tomar consciencia identificando a ese potencial enemigo, reconociendo el problema y afrontarlo, desmantelando de tu sistema de creencias.

¿COMO LO AFRONTO?

Tomando el control de tu independencia, trabajando tu autoestima, la confianza en ti mismo, entendiendo que las relaciones se construyen a base del respeto mutuo, donde ambas partes interactúan con libertad, en igualdad de responsabilidades, y mutua cooperación, dejando de ser marioneta de tu orgullo, ese que te exige tener todo, para sentir que tienes poder e identidad, renunciando a las cadenas de tener la última palabra, de necesitar siempre ganar, y el de tener que ver reforzada tus inseguridades con un apoyo constante. Recuerda que la relación que se construye será tan fuerte como sean las dos personas por separados dentro de la relación; al mantener el equilibrio emocional, no solo crecemos como personas en el paralelo físico o natural, sino también y con más solides, en el paralelo espiritual, que es el lugar donde radica la verdadera felicidad.

Entender que el estado de plenitud y felicidad no depende de terceras personas, sólo va a depender de ti, por lo que debes trabajar y conseguir por ti mismo ese estado de plenitud y satisfacción, para luego proyectarlo en positivo hacia tu relación, esto es muy importante, porque si no estás bien contigo mismo, esto se verá reflejado en tu relación. Recuerda que debes crear tu propia felicidad, antes de poder compartirla con otros.

Romper con toda relación de codependencia, responsabilizándote de tus propias emociones y saber regularlas sin la ayuda del otro.

Entender que no existe la persona perfecta, de tal manera que si decidimos amar a alguien, debemos aceptarla con sus defectos, no es sano intentar cambiarlo, porque cada cabeza es un mundo, nadie actuará siempre como nosotros queremos o esperamos. Recuerda que si a alguien quieres y puedes cambiar es a ti mismo, a nadie más.

Ver al otro como realmente es, sin idealizarlo, porque una relación basada en expectativas irreales, tienden al fracaso y te llenará de frustración y sufrimiento. No utilizando el pasado para justificar el presente.

Barquisimeto, Enero 2017

Marilut Sánchez Viloria

Autora de los libros:

*Rompiendo Paradigma del Militar Venezolano; *Esparciendo la Semilla de la Fe; *Revelaciones Maestreo Habla que tu Sierva Escucha.

Disponible en las siguientes tiendas:

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